Temía equivocarse de persona porque
sólo se conocían por foto, pero allí estaba la prueba irrefutable: aquel
espantoso reloj naranja.
22 palabras
Escritora.
Temía equivocarse de persona porque
sólo se conocían por foto, pero allí estaba la prueba irrefutable: aquel
espantoso reloj naranja.
Escritora.
Ja,ja,ja,ja,ja!!!!, si pero y si no llego a llevarlo puesto, eran más de las doce, ¿no te acuerdas?, y no se veía un pijo. Me encanta, un besote.
jajaja, es que ahora oscurece tan pronto…
Un abrazo, Atticus.
Ya, ya, espantoso… pero fue.
jajaja, buena reflexión!
Un abrazo, Cybrghost.